Qué es el THC en las plantas y sus características
Una planta de cannabis contiene más de 70 cannabinoides o sustancias químicas diferentes, unas suelen estar en mayor proporción que otras. Las más conocidas son el THC y el CBD, siendo la primera la más apreciada por los consumidores de marihuana al ser la que produce los efectos psicotrópicos conocidos del cannabis. Aunque esta planta se lleva cultivando durante siglos, no hace más de 60 años que se sabe exactamente qué es el THC.
La primera vez que se consiguió contestar a la pregunta de qué es el THC fue en 1964 cuando Habib Edery, Yechiel Gaoni y Raphael Mechoulam consiguen aislarlo y estudiarlo en el Instituto Weizmann de Ciencia, en Israel.
Qué es el THC
El tetrahidrocannabinol (THC) o Delta 9 es uno de los cannabinoides presentes en la marihuana. Posee cualidades tanto psicotrópicas como psicoactivas, es decir, que es capaz de alterar el funcionamiento del encéfalo y provocar cambios en el comportamiento, percepción del entorno, estado de ánimo y pensamiento, entre otros. Por lo tanto, es el responsable de ese famoso “subidón” que causa su ingesta.
En la planta, el THC es una sustancia pegajosa que se encuentra en los tricomas de la misma junto con otros cannabinoides como el CBD o el CBN. La mayor concentración de THC se encuentra en las flores del vegetal aunque también está repartida por los tricomas que cubren todas las hojas de marihuana y que cumplen una función importante en el vegetal. Por un lado, estos tricomas son los encargados de capturar el polen que emiten las plantas macho para polinizar a la hembra y elaborar semillas. Por otro lado, es un sistema de autodefensa contra agentes externos como los rayos UV o posibles patógenos.
Es conveniente apuntar que, en realidad, el THC no es una sustancia que la planta fabrique directamente. Ésta crea THCA, la forma ácida del THC. Para que el primer componente se transforme en el segundo ha de pasar por un proceso de descarboxilación, es decir, aplicar calor. Es lo que ocurre al quemar la marihuana con un mechero, por ejemplo.
No todas las plantas de cannabis poseen la misma carga de THC. Actualmente, y como resultado de las variantes que se han creado durante los últimos años para personalizar las características de las plantas, existen variedades que pueden concentrar un THC superior al 20% y con un nivel de CBD muy bajo, provocando un fuerte efecto en el consumidor. Por supuesto, los cuidados que el cannabicultor le haya proporcionado a las plantas también influye en el nivel de THC que tendrán tras la cosecha.
Al contrario, se han creado plantas con un contenido alto en CBD y casi nulo en THC. Éstas son las más utilizadas en este momento como marihuana medicinal, la forma en la que se ha legalizado el cannabis en la mayoría de países en los que está permitido su consumo.
Por su parte, el uso de THC es ilegal a nivel nacional, al igual que en muchos países del mundo, por ser una droga capaz de provocar fuertes efectos secundarios como la paranoia. Sin embargo, aunque puede causar episodios desagradables e incluso puede tener efectos a largo plazo, el THC es una buena alternativa medicinal a ciertos fármacos fuertes y dañinos para el organismo que combaten enfermedades graves.
Es por estos efectos secundarios que el THC sigue siendo ilegal. No obstante, por su forma de interactuar con ciertos receptores del cuerpo, es capaz de paliar síntomas tanto de enfermedades crónicas o graves, como algunos más cotidianos (estrés, dolor de cabeza, dificultad para conciliar el sueño…)
Cómo interactúa el THC con el cuerpo
Una de las características del THC es su capacidad de interactuar con el organismo conectando con los receptores CB1 y CB2 del sistema endocannabinoide involucrados en procesos como el apetito, el movimiento, el dolor o el cáncer; lo que le proporciona propiedades medicinales.
El sistema endocannabinoide está formado por receptores que se reparten por todo el cuerpo a través del sistema nervioso central y periféricos que trabajan en la homeóstasis del cuerpo, manteniendo la estabilidad interna compensando los cambios ambientales intercambiando materia y energía con el exterior. Es por esto que el THC es capaz de interaccionar con muchas funciones importantes del cuerpo y, según la cantidad presente, su efecto es más potente pudiendo causar alteraciones mayores o controladas que ayudan a regular los desajustes que provocan algunas afecciones
En consecuencia, más allá de los efectos producidos por un consumo recreativo, el THC es una sustancia que aporta grandes beneficios terapéuticos.
Beneficios terapéuticos del THC
El THC en dosis controladas es capaz de mitigar ciertos síntomas de enfermedades crónicas o graves, o calmar el dolor que producen. Para evitar el consumo desmesurado de esta sustancia los científicos afirman que, en caso de utilizarlo con un fin terapéutico, lo apropiado sería aislar el componente y comercializarlo en fármacos que se puedan dosificar. De esta forma los pacientes que lo requieran podrían beneficiarse de la gran lista de propiedades que presenta el THC:
- Antiinflamatorio
- Antioxidante
- Analgésico
- Relajante muscular
- Antiemético
- Antitumoral
- Orexígeno
Todos estos atributos hacen que el THC sea una sustancia que pueda aplicarse en varias enfermedades como la esclerosis múltiple, donde puede aliviar la espasticidad y el dolor crónico, bajar la presión ocular en el glaucoma o detener las náuseas, abrir el apetito y calmar el dolor crónico en el cáncer.
El estado de ilegalidad en el que se encuentra y se ha encontrado desde hace muchos años la marihuana ha provocado que los estudios sobre su uso medicinal sean escasos y poco concluyentes. Sin embargo, se han encontrado indicios de que retrasa la formación de placas amiloides que provocan el Alzheimer. En el caso de la epilepsia podría espaciar los ataques que causa la enfermedad y reducir los síntomas de todas las afecciones relacionadas con ella como el síndrome de Tourette o de Lennox-Gastaut.
Estos hechos no eliminan los efectos negativos que el THC puede causar por un mal uso o si se consume desde edades muy tempranas, cuando los cambios en el sistema nervioso perjudican severamente al sistema cognitivo y neuronal, todavía en desarrollo.
Consecuencias del uso del THC
A pesar de que en toda la historia de la humanidad no se ha registrado ninguna muerte por consumo de THC, puede causar consecuencias irreversibles en la salud, sobre todo en personas jóvenes que están en pleno desarrollo de sus sistema cognitivo y neuronal (entre los 10 y 25 años). El consumo a esta edad aumenta la probabilidad de desencadenar trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia, en aquellas personas que genéticamente tienen una propensión mayor. O bien pueden desarrollar déficits de atención a largo plazo.
Por otra parte, las consecuencias habituales del consumo de THC en cualquier persona son el cansancio o somnolencia, sequedad de la boca, distintos tipos de dolor de cabeza, mareos y trastornos en la coordinación. Normalmente estos efectos son pasajeros y duran unas horas, hasta que la sustancia deja de hacer efecto. No obstante, es capaz de provocar otros efectos secundarios más graves, casi siempre transitorios, como la pérdida de memoria a corto plazo, paranoia, aumento del ritmo cardíaco, ansiedad, y también puede acelerar la aparición de esquizofrenia en aquellas personas propensas genéticamente, ya sean jóvenes o adultos.
Por lo tanto, el THC es una sustancia que posee tanto beneficios como contraindicaciones para la salud que conviene evitar por precaución. Aunque aún parezca estar lejos una regulación de la marihuana, un consumo medicinal debería estar bajo receta médica y en dosis controladas para disfrutar de sus ventajas.