Curado del cannabis: cómo se hace
La época de cosecha no es la última fase del cultivo de marihuana. Después de esta, se debe secar y curar las flores de cannabis para evitar que aparezca moho y mejorar su sabor y aroma. Ambos procesos consisten en bajar el nivel de humedad de los cogollos, aunque las técnicas son muy distintas. Un buen curado eliminará la aspereza del humo de la marihuana y, a la vez, potenciará sus cualidades organolépticas.
Antes de comenzar el proceso de curado es muy importante que los cogollos de cannabis estén bien secos. Una prueba infalible para saber si se ha conseguido el nivel adecuado de deshidratación es doblar la rama colgada, si cruje y se mantiene doblada, la cosecha estará lista para el curado. También cabe la posibilidad de que los cogollos se hayan secado en exceso, será el caso en el que, al apretarlo, se desmenuce con facilidad.
Al contrario, para comprobar si siguen conteniendo una humedad demasiado elevada, al introducirlo en los botes de curado y agitarlo suavemente, se aglomerarán, por lo que habrá que seguir con el secado y esperar para curar el cannabis unos días más.
Por qué es necesario curar el cannabis
Al terminar el proceso de secado, los cogollos siguen conteniendo humedad en el interior, ya que se deshidratan desde fuera hacia dentro. Uno de los objetivos del curado es bajar ese nivel de humedad, quedando entre el 25% y el 30%.
Durante el curado del cannabis, los terpenos y los cannabinoides maduran, lo que potencia sus cualidades organolépticas así como sus efectos. Al mismo tiempo, la clorofila se degrada. Éste compuesto dota a la marihuana de un toque rasposo y un sabor intenso a hierba verde. Eliminándola, la percepción del aroma y sabor se profundiza, por lo que el humo es mucho más suave y sabroso.
Además, un curado correcto del cannabis reduce la posibilidad de aparición de moho y permite ser almacenado hasta un año antes de que comiencen a reducirse sus cualidades.
Cómo curar los cogollos de cannabis paso a paso
El proceso de curado del cannabis es sencillo siempre y cuando se sigan los pasos con precisión y se vigile minuciosamente el material:
Encontrar el recipiente ideal para el curado
Una vez corroborado el correcto secado de los cogollos se puede comenzar el curado. Para ello se han de guardar en un envase adecuado donde pasarán todo el proceso. Es importante buscar un lugar fresco, oscuro y seco donde dejarlo, por lo que lo óptimo sería conservar el cannabis en un recipiente opaco o en el que no pueda pasar la luz del exterior.
Lo ideal es una caja de madera sin ningún tipo de tratamiento para que no contamine los cogollos. La madera es un material higroscópico, es decir, con la capacidad de absorber y transferir humedad creando un estado de equilibrio. No obstante, por su facilidad de adquisición, lo más común es utilizar un bote de cristal o plástico hermético, que retiene mejor los aromas. En cualquier caso, el recipiente no se llenará por encima del 75% de su capacidad.
Manicurar los cogollos
En el caso de haber secado el cannabis con rama, antes de pasar su curado necesitará ser manicurado. Esto es, separar los cogollos de dichas ramas y quitar las hojas de azúcar.
El mejor lugar para conservar el cannabis durante el curado
Los terpenos y cannabinoides de la marihuana tienden a perder propiedades conforme más tiempo se exponen a la luz y al oxígeno. Además, un exceso de humedad es perfecto para que aparezca moho en este preciado producto. Por todo esto, durante el curado del cannabis, lo idóneo es preservarlo en un cajón o habitación oscura, seca y fresca.
Controlar la humedad de los recipientes
El curado de marihuana consiste en introducir el material vegetal en recipientes, normalmente con cierres herméticos, en los que terminarán el proceso de secado, sobre todo de la parte interior. Para evitar la acumulación excesiva en el interior de los botes, se deben abrir al menos dos veces al día durante la primera semana, de 3 a 5 minutos, dependiendo del clima de la zona donde se realice. En las siguientes dos semanas bastará con abrirlo una vez al día. Pasado este tiempo, estarán listos para ser utilizados. No obstante, cuanto más tiempo se conserve en el bote, más desarrollará sus cualidades organolépticas, haciéndolos más deliciosos.
La humedad relativa en el interior de los recipientes ha de estar entre 60% y 65%. Estas cifras sólamente son medibles mediante un higrómetro, por lo que para llevar a cabo un buen curado, lo más recomendable es adquirir uno de estos dispositivos. De esta forma, en el caso de contar con un exceso de humedad, se remediará al instante.
Para disminuir la humedad del bote de curado del cannabis, éste debe abrirse durante tres horas aproximadamente. En el caso de que no haya descendido, se quedará destapado durante las horas pertinentes. Al contrario, cuando se sufre un déficit de humedad, la mejor opción es usar packs de humedad.
Almacenaje del cannabis
Una vez los cogollos de cannabis están curados, ya están listos para ser utilizados. No obstante, lo más habitual es que de una cosecha se obtenga una cantidad de flores bastante elevada, por lo que la mayor parte de la marihuana se ha de conservar durante un periodo prolongado. Para ampliar al máximo la vida útil de las flores, es necesario almacenarlas de forma correcta.
Al igual que ocurre en el proceso de secado y curado del cannabis, durante el almacenaje, habrá que mantener los terpenos y cannabinoides alejados de la luz exterior, el oxígeno y el aire para que no se deterioren. Lo más aconsejable es guardar todo el material vegetal en botes de cristal mirón cerrados herméticamente. Este tipo de cristal filtra todo tipo de luz a excepción de la ultravioleta, por lo que la marihuana quedará totalmente protegida. De esta forma, puede mantenerse en perfectas condiciones hasta un año, a partir de entonces empieza a degradarse.