Cómo afecta el cambio climático al cultivo
El cambio climático es una realidad innegable. Cada año se producen récords de altas temperaturas, lluvias torrenciales más frecuentes y más fuertes, se observa un número mayor de huracanes y tornados, sequías, etc. El cannabis es una planta con mucha adaptabilidad, pero los sucesos extremos terminan hasta con la variedad más resistente. El cambio climático y el cultivo de marihuana están muy relacionados y las consecuencias ya son visibles. De hecho, para el cannabis son tanto positivas como negativas.
Cómo afecta de forma positiva el calentamiento global al cultivo de marihuana
Por lo general, el cannabis agradece temperaturas cálidas cuando no llegan a ser excesivamente calurosas. El sol es un factor fundamental para realizar la fotosíntesis, pues su luz pone en marcha todo el proceso. De hecho, existen investigaciones que relacionan el avance del cambio climático con una mejor proliferación de los cultivos de marihuana.
Concretamente, esta situación la causa el aumento del CO2 (dióxido de carbono) en la atmósfera, principal motivo del cambio climático y un compuesto indispensable para que las plantas de los cultivos de marihuana realicen la fotosíntesis. A medida que se incrementa el nivel de CO2, también lo hace la tasa de fotosíntesis; pues las plantas absorben una cantidad mayor de este gas mejorando un 50% la fotosíntesis. Esto se traduce en un mayor desarrollo de las plantas.
Por otro lado, el cambio climático también provoca un incremento en la producción de tricomas en las plantas de los cultivos de marihuana y, por lo tanto, de resina. Una de las funciones de los tricomas (glándulas que le dan el brillo al cannabis y que contienen los cannabinoides y los terpeno) es proteger a la planta de amenazas externas, sobre todo de patógenos como insectos, animales y algunos hongos. El calor aumenta la probabilidad de aparición las plagas, a la vez que la de que las plantas sean atacadas.
Por consiguiente, en esta situación las plantas se desarrollarán más, tanto estructuralmente como en lo relativo a sus flores, las cuales serán más grandes y resinosas. Sin embargo, a medida que se eleva la potencia de la fotosíntesis, también lo hace la demanda de agua y de los nutrientes asociados a ella. En concreto, el estudio registró un aumento de la exigencia del agua del 191% en plantas bajo estas condiciones.
Aspectos negativos del cambio climático en el cultivo de marihuana
A pesar de que una subida de las temperaturas provocaría un desarrollo desorbitado del cannabis, un cultivo de marihuana no puede aguantar cualquier consecuencia del cambio climático. Durante el estudio, las plantas cultivadas al aire libre frenaron su tendencia a crecer superados los 30ºC. A partir de esta cifra, disminuyó el ritmo de la fotosíntesis, así como la demanda de agua.
Pero el aumento de las temperaturas no es la única consecuencia que trae consigo el cambio climático, ni la única que afecta a los cultivos de marihuana. Las lluvias torrenciales estivales, cada vez más frecuentes, acaban dañando la estructura de las plantas y elevando la humedad excesivamente durante un periodo de tiempo demasiado largo, lo que incrementa la posibilidad de la aparición de hongos u otras plagas.
En zonas de EE.UU., por ejemplo, han de enfrentarse a otros fenómenos meteorológicos como los huracanes, o los incendios forestales, cada vez más numerosos debido a las altas temperaturas. Los empresarios de la industria cannábica de zonas como Oregón, California o Washington, donde los incendios son más habituales, han tenido que adaptar su forma de cultivo para disminuir la probabilidad de fuegos en sus plantas manteniendo las granjas libres de de rastrojos o dejando espacio entre las plantas cannabis a modo de cortafuegos. Además, han de lidiar con el humo que cubre el sol y el hollín que a menudo cae sobre el cultivo.
¿Cómo influye el cultivo de marihuana en el cambio climático?
El cambio climático no sólo influye en el desarrollo de las plantas de los cultivos de marihuana. Dichos cultivos, y el propio cannabis, también tienen consecuencias directas sobre el aumento y la disminución del CO2 en la atmósfera.
La marihuana produce una importante huella de carbono en el planeta
En 2012, se legalizó el consumo privado de marihuana en Colorado. Durante los últimos años, 17 estados se han sumado al consentimiento del uso recreativo de esta sustancia, convirtiendo al país en uno de los grandes productores de cannabis. Es más, actualmente produce unas 530 toneladas de cannabis de forma legal anualmente.
El problema de esta situación viene de la decisión de no permitir el cultivo exterior en varios estados, a lo que hay que sumar a los cannabicultores que plantan indoor por sus propias preferencias. Cultivar marihuana en interior supone consumir diariamente 18 horas de luz de forma ininterrumpida, suponiendo una emisión de gases de efecto invernadero equivalente a 2,6 millones de toneladas de CO2 sólo en el estado de Oregón; según datos de un estudio realizado por la Universidad Estatal de Colorado.
Los investigadores aseguran que podrían disminuir el impacto de CO2 en 2,1 millones de toneladas con una producción más ecológica. Esto es, utilizando lámparas LED y realizando algunos ajustes más.
En el cultivo exterior, preocupa el uso de fertilizantes químicos que contaminan aguas subterráneas y acaban con la biodiversidad de la tierra, lo que a su vez provoca poner en riesgo las plantas y animales autóctonos locales; cuyo volumen está disminuyendo a niveles alarmantes. Incluso, en ciertos estados, un cultivo de marihuana agrava el problema de escasez de agua, provocado conjuntamente por el cambio climático y la mala gestión del hombre.
El cáñamo como aliado a la lucha contra el cambio climático
A pesar del impacto climático de la producción de cannabis en interior, los cultivos de marihuana exteriores pueden ser una de las mejores maneras de contrarrestar el cambio climático. Como el resto de las plantas, durante la fotosíntesis, el cannabis absorbe dióxido de carbono para completar sus procesos internos y expulsa oxígeno, contribuyendo a disminuir el nivel de CO2 de la atmósfera y purificar el aire.
Adicionalmente, el cáñamo utilizado por la industria de los productos con CBD es una materia prima muy versátil que podría frenar el consumo desmedido de plásticos y tejidos sintéticos, así como de los combustibles fósiles tan contaminantes. Las fibras y semillas obtenidas de las plantaciones de cáñamo son un material 100% orgánico que puede emplearse para:
- confeccionar ropa y otros productos con fibras textiles
- hacer cuerda
- alternativa al plástico: fabricar botellas, cubertería, envases, etc.
- producir aceite con alto contenido nutricional
- elaborar productos combustibles orgánicos
- fabricar materiales de construcción muy resistentes
- producir papel
Las fibras de cáñamo son una de las más resistentes que se pueden encontrar en la naturaleza. Además, el rápido crecimiento de la planta permite realizar hasta dos cultivos por año, una alternativa perfecta y ecológica para muchos productos contaminantes.
Por consiguiente, los cultivos de marihuana son un problema y a la vez una solución al cambio climático. El reto, es conseguir que el cannabis únicamente sea el remedio a esta situación.