Qué es el abono PK para las plantas de marihuana
La marihuana necesita tres macronutrientes para desarrollarse correctamente: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Éstos se añaden al sustrato mediante abono, de forma líquida o sólida, en diferentes proporciones dependiendo de la etapa en la que se encuentre la planta. Durante la fase de crecimiento se emplearán abonos ricos en nitrógeno; durante la floración, en fósforo y potasio, es decir, abono PK.
Qué es el abono PK
El abono PK es el abono rico en fósforo y potasio, y cuya función es estimular a la planta de marihuana durante la etapa de floración para que produzca cogollos grandes y resinosos. En el transcurso de esta fase la planta necesita grandes concentraciones de PK para completar su desarrollo de la forma más óptima posible. Sin embargo, durante la etapa de crecimiento también demandará estos dos elementos, aunque en porcentajes mayores utilizando productos con abundante nitrógeno.
Durante la fase de crecimiento el fósforo favorece la fotosíntesis del cannabis, mientras que el potasio estimula el desarrollo del sistema radicular así como la creación de unos tallos fuertes y grandes. En la fase de floración el fósforo es el encargado de impulsar la producción de resina y de semillas. El potasio es capaz de incrementar la formación de terpenos y aceites esenciales, lo que deriva en un aumento de la potencia del sabor y el aroma de las flores.
Por lo tanto, al cambiar de fotoperiodo una planta, habrá que empezar a buscar abonos PK que alimenten los cogollos del cannabis. No obstante, antes de adquirir este abono, se ha de tener claro el tipo de cultivo que se está desarrollando o cómo se quiere continuar. De esta forma, según el tipo de abono de marihuana escogido los cogollos engordarán mucho más rápido mediante sustancias artificiales, o más lentamente de forma biológica, algo más lenta pero más natural y rico en terpenos.
Qué tipos de abono PK existen
Existen dos tipos de abonos PK entre los que elegir a la hora de alimentar las flores de la planta de marihuana: abonos químicos y abonos orgánicos. Ambos cumplirán la misma función pero con fórmulas y resultados un tanto dispares.
Abonos químicos
Los abonos químicos son de origen mineral y suelen ser empleados en los cultivos que tienen un fin comercial, ya que hacen crecer los cogollos de una forma desmesurada en un periodo de tiempo muy corto. También es común verlos en manos de los cannabicultores principiantes que quieren asegurarse una buena cosecha y no correr el riesgo de estropear sus plantas con métodos de abonado más complicados y que, además, les darán flores de menor tamaño.
Este tipo de abono PK se puede aplicar en formato líquido o sólido. El primero se disolverá junto al agua de riego. La cantidad y la frecuencia de riego dependerá de la composición en nutrientes del producto. Si está muy recargado habrá que espaciarlo más y empezar a colocarlo pasadas unas semanas de la floración. Hay que tener en cuenta que la asimilación del abono químico es bastante rápida, por lo que se debe prestar especial atención a las cantidades para no sobrealimentar a las plantas en la fase más crucial de su ciclo de vida.
Sobrefertilizar la marihuana durante la última fase es más peligroso que hacerlo durante el crecimiento, ya que contará con un periodo de tiempo menor para recuperarse y es posible que no lo consiga. Además, someterla a cualquier tipo de estrés provocará que enfoque parte de su energía en resolverlo y dejará de lado el desarrollo de las flores.
Abonos orgánicos
Los abonos orgánicos PK están compuestos únicamente por productos naturales y, por supuesto, orgánicos. Fundamentalmente se fabrican a partir de restos vegetales o animales como el guano. En este caso, el fósforo y el potasio realizará la misma función que añadiendolos en su formato químico, pero funcionará de una forma más natural y sin riesgo de dejar productos tóxicos para el ser humano en las flores o en las hojas.
Los abonos químicos suelen contener los macronutrientes (NPK) que necesita la planta en cada etapa de su ciclo vital. Pero muy pocos se preocupan en añadir oligoelementos que estarán presente de forma innata en los elementos que componen los abonos orgánicos y que aportan a los vegetales nutrientes extra que mejoran sus cualidades organolépticas.
Por tanto, una planta cultivada con abono PK orgánico desarrollará una paleta más amplia de sabores y aromas que si se abona con químicos. Los orgánicos crearán una mayor cantidad de terpenos y azúcares que aumentarán el volumen y la densidad de los cogollos. De nuevo, para acertar con la cantidad y el momento de abonado, lo mejor es seguir las instrucciones del fabricante; aunque existen ciertos criterios que son comunes bajo cualquier circunstancia.
Cuándo se ha de usar el abono PK
La regla a cumplir en todo momento es la fase en la que se ha de comenzar a emplear el abono PK: siempre en la etapa de floración. Hasta este momento, la planta estará creciendo y desarrollándose para crear una estructura fuerte, capaz de soportar los cogollos que aparecerán durante la siguiente fase. Por esto, es importante mantener a la planta bien abastecida (sin sobrealimentar) de nitrógeno, pues éste es esencial en la síntesis de proteínas y para realizar la fotosíntesis. Además, aumenta el crecimiento por acelerar la división celular y provoca el alargamiento de las raíces.
En interior, durante las dos primeras semanas del cambio de fotoperiodo es aconsejable seguir nutriendo a la planta con nitrógeno, hasta que empiecen a aparecer los primeros cogollos. En general, éste es el momento en el que se ha de cambiar el abono de crecimiento por abono PK, pero siempre dependiendo de la composición del producto. Si es altamente concentrado, lo mejor es retrasar un par de semanas el PK.
Respecto al número de veces que se debe abonar, normalmente basta con una vez por semana, pues hay que dejar tiempo al vegetal para absorber todos los nutrientes del abono PK. No obstante, si la concentración es muy alta es recomendable espaciar más la nutrición. Una vez más, el mejor método es seguir las instrucciones de la casa fabricante.
Cabe mencionar que a la hora de abonar con PK de cualquier tipo, la experiencia del cultivador y conocer el producto son dos factores que condicionan mucho el resultado. Aun así, siempre se aconseja controlar el nivel de pH y EC del sustrato y del agua de riego para asegurar la buena salud de la planta.